Garazi despierta en la cama de un desconocido; el joven que duerme a su lado no es “su Axi”. Los pensamientos se le enredan en la cabeza, uno tras otro, igual que los chupitos de fresa que anoche le revolvieron el estómago. Lo que acaba de ocurrir pondrá patas arriba su estilo de vida y sus relaciones, sus certezas y creencias.
En Pecado, Goiatz Labandibar demuestra un uso magistral del monólogo interior, creando así una tragicomedia fascinante; la voz orgánica y embriagadora de su protagonista dejará al lector sin palabras.