Periferia industrial. Norte de España. Años noventa. Un grupo de amigos y un triángulo amoroso durante el último año antes de la universidad, antes de que todo cambie para siempre.
Para estos primeros adolescentes nacidos en democracia, la vida entre autovías y bloques de pisos suburbiales es comer pipas en un banco del parque, aburridos mientras imaginan qué quieren ser. Mientras imaginan que se van de allí. Porque hay un mandato que debe dar sentido a todo un clan. Al fin y al cabo, nada hubiese sido posible sin sus abuelos agricultores, que emigraron a esas periferias en los sesenta, y sin sus padres, que se hicieron llamar clase media al filo de los ochenta. Pero, ¿qué sucede cuando las imágenes de uno mismo y de los otros acaban cayendo al suelo como un puñado de cáscaras? ¿Se puede tener culpa de clase? ¿De qué estaban hechos los deseos de esa España desengañada que hoy ronda los 40?
Con una escritura que hibrida con maestría la ficción y el ensayo, Esther L. Calderón retrata aquella España embriagada de sueños desde un presente desencantado, crítico, pero sin queja. Pipas es una mirada original y conmovedora de las cáscaras vacías de toda una generación.